martes, 25 de febrero de 2014

Gol

Blanca, inmaculada y pura, recorre el ancho verde de una cancha de fútbol. ve equipos, camisetas, botines. Escucha cánticos delirantes, aullidos, silbidos. Siente deseo, pasión, amor, ganas y decisión. Hoy va a ser suyo.
Hace unos minutos que lo viene viendo, se acerca, se aleja, se están provocando. Un cielo blanco de red infinita la esta atrayendo desde que la besó por primera vez. Hoy vuelven a verse, hoy será.
Y ahí esta, su mejor amigo, su fiel amigo y confidente de carne y hueso que la ayudará a impulsarse hacia él.
Se deja llevar al área como embrujada, esquiva a los demás, el éxtasis la recorre completa, el deseo la conduce, sabe que el impulso dolerá pero disfrutará de ese dolor porque se sumergirá nuevamente en los labios de esa red, en el interior del cielo, de su cielo.
Se escucha el zapatazo, agarra confianza, el sonido la persigue pero no la alcanza, vuela a velocidad infinita, envuelta en un sin fin de sensaciones que la hacen sentir mágica, única; esquiva manos, cabezas y cuerpos violentos que intentan detenerla, el dedo de un guante acaricia su ombligo y la deja pasar, ingresa en la puerta del edén formada por dos palos y u travesaño blancos y finalmente se zambulle en el interior de la red. El arco la abraza y no quiere soltarla, la pelota y la red se besan y se funden en uno solo. Las tribunas estallan ante tal acto de amor, lo siento, lo oigo GOL.... GOOOL... GOOOOOOOOLLLLL!!!!.
Por fin vuelven a encontrarse, por fin vuelven a ser suyos. Su anhelo de verse, de tocarse, de sentirse se vuelve realidad, su sueño de amor se cumple una vez mas y se consuma en el precioso acto de hacer un gol.

                    
          Jouper.-