martes, 21 de noviembre de 2017

Un poquito mas de llanto

Hace poco veía en una serie como un joven perdía a su papá y su amiga lo acompañaba. El chico le dijo 'no entiendo cómo existir en un mundo en dónde él no' y ella, que también había perdido a su padre, le responde 'ese sentimiento nunca sé va'.
Ya va un año y medio, es el segundo cumpleaños sin cumpleañera y yo todavía no sé existir. Parece ridículo, casi cómico el hecho de que lleve un año y medio sin abrazarte... realmente no sé muy bien como es que he resistido, tampoco sé mucho que pasó en este tiempo, es como vivir en piloto automático, pero doloroso.
Muchas noches me visitas en sueños, algunas veces tenés algo que decirme, me contas cómo estás. Otras tan solo me dejas verte, jugar un ratito a que estás acá. Siempre me das un abrazo o un beso o me agarras la mano, siempre estás, yo sé bien que estás. Pero es que todavía no me acostumbro a que no me atiendas el teléfono cuando llamo a tu casa, a entrar a tu cocina y que no estés, a que ahora el abuelo duerma en tu cama, como para sentirte un poco más cerca. No creo acostumbrarme nunca a que me falte un consejo tuyo o una palabra, a la ausencia de tus polleras y tus agujas. Duele no verte, no poder tocarte, no poder escuchar tu voz, duele la ausencia física, porque te siento en escencia, y cuesta que no sea igual. Me duele no acordarme que hicimos en el último cumpleaños que pasaste acá, seguro comimos todos juntos el 21 a la noche y te cantamos el cumpleaños a las doce y soplaste la velita de una torta que no podías comer porque tenía mucha azúcar. Seguro te regalamos algún libro, seguro nos quedamos en una larga sobremesa hablando de la vida y riéndonos, felices, porque te festejabamos a vos, porque sin saberlo festejabamos tenerte. Pucha que duele extrañarte, es desesperante por momentos el no tenerte, porque uno sigue necesitando ese abrazo, porque uno espera poder recibirlo aunque sea una última vez, pero sabe que no y eso desespera, eso asusta, eso mata y nos muere. Te amo, te amo con toda la vida, con los años que te tuve y con estos pocos donde no te tengo también. Visítame prontito abuela, vení un ratito que te quiero ver, aunque sea para decirte feliz cumpleaños y darte un abrazo, te extraño mi buchi, te extraño muchísimo.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Una más, otra.

Hoy me acordé por un segundo, por un momento, de cómo se peinaba. Tenía un cepillito de madera, redondo, que usaba para enrularse el pelo cortito y darle forma. Era algo tan natural y a la vez tan propio. Una de esas formas que te hacen pensar 'yo quiero peinarme así cuando sea viejita'.
Tan solo esa imagen fue suficiente. Mil cosas más se me cruzaron por la cabeza y de golpe el mundo se hizo más grande, o yo más pequeña, o ambas. Pero es por esa sensación de vacío, de ausencia.
Muchas veces siento esas cosquillas en los brazos, ese hormigueo que no cesa, es como si el cuerpo pidiera, gritara que necesita de su abrazo. Daría años de vida por un solo abrazo suyo, grande, inmenso y llenador, como todos sus abrazos.
La extraño y aunque el dolor cese, no deja de existir, aunque la vida siga y yo con ella, a veces se me vuelve a frenar el mundo, al menos el mío, porque todavía aprendo como es vivir sin ella, porque cuesta mucho, porque no sé si algún día lograré saber cómo, porque en el fondo tampoco quiero saber cómo y lo mismo lo tengo que hacer. Porque así tuvo que ser, porque seguramente a Dios le hacía falta una cocinera o alguien que le tejiera pulloveres y le regara el jardín.
Te extraño mi amor, te extraño abuela.

lunes, 2 de octubre de 2017

Háblame de amor

Hablan del amor y creen que solamente es un sentimiento, 'yo te amo pero me oculto, te amo pero te alejo, te amo pero te pego' eso no es amor. El amor no es solamente algo que se siente por otra persona, es algo que te cambia, te hace ser otro por la otra persona y que te sientas bien siendo otro, si no tampoco sería amor. El amor es entregarse, entregar el cien porciento, arriesgando a que pueda salir mal, más o menos, bien, espectacular o lo que sea. Es respetar, saber que el otro puede tener sus reacciones, sus momentos mejores o peores, darles espacio, quedarse cuando hay que quedarse o desaparecer unos días si hace falta. También es vulnerabilidad, es mostrarse, así, tal cual es uno, sin caretas, sin tapujos, libre, es eso, mostrarse, ESTO SOY YO, quereme, abrázame, exprimime, soy esto y te lo estoy dando.
Amar es elegir todos los días al otro, por más de que a veces duela, entendiendo que muchas veces el otro nos puede hacer daño, sin quererlo, pero eso no quita ni resta el amor, porque en el amor bien entendido, los dolores no son intencionales, no se necesita escudo y espada para estar enamorado, se es vulnerable y feliz a más no poder.
La guardia no tiene por qué estar en alto, porque el otro es refugio y descanso, incluso enojado, no hay ejército furioso, no hay misiles ni explosiones, no hay de que cubrirse, no hay a qué temerle.
El amor tampoco es ser uno solo, si no ser dos que comparten un mismo camino, juntos, de la mano y a la par, no va uno por delante y otro siguiéndolo, no hay caminar sin tomarse las manos, no hay dos caminos. El amor no es egoísta, comparte, todo lo da, todo lo hace de los dos, no es 'mi' es 'nos', es 'nuestro/a', no 'yo', es 'nosotros'.
El amor es todo eso, es morirse de amor.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Lluvia y nostalgia, lluvia y tristeza

Anoche soñé con ella y cuando me desperté, llovía. Hacía un poco más de una semana que no dormía una noche entera y cuándo puedo hacerlo, soñé con ella. Cuando sonó la alarma y escuche la lluvia afuera, se me pasaron por la cabeza miles de imágenes de mi infancia, olores, colores, oí frases y sonidos y recordé lo que se sentía tocar su piel, abrazarla.
Por algún motivo los días de lluvia eran mejor en su casa, porque esa casa era como un refugio, era cálida, acogedora, de niña la llamaba 'la resistencia'. Hoy no puedo evitar la nostalgia, la carencia, el vacío de ausencia y de palabras. Hoy necesito un abrazo, un beso, tan solo verla, sentirla, olerla, hoy necesito de ella. Quizás la lluvia me pone nostalgica, melancólica, o quizás tan solo hoy la extraño un poco más. Quisiera, aunque sea por un rato, volver a tener 5 años, 7, 8, 10; estar en su casa en un día de lluvia y jugar en el baúl del auto guardado en el garage, mientras veo como diluvia por la ventana del portón. Estar en su casa y pasar la tarde viendo novelas italianas o brasileras y llenarme la panza de galletas con queso y oír el agua golpeando contra el techo. Estar en su cama, con ella, contándome otra vez el cuento de Peter Pan, o el de los guisantes, o el de la fosforera y que de fondo haya lluvia regando las plantas del patio. Anoche soñé con ella y cuando desperté estaba lloviendo, a veces quisiera que sea al revés, y que el sueño sea esta pesadilla que es estar sin ella.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Poca Mujer

Siempre fui una mujer fuerte, luchadora, siempre fui audaz, valiente, decidida, definida, siempre al frente, siempre. Me veo ahora, tan sumisa, tan pequeña, tan nada, que agacho la cabeza y asiento, que guardo palabras adentro, palabras que duelen, palabras que hieren, justamente por estar guardadas. Ahora lloro en silencio, abrazada contra la almohada, sé cómo es sentirme sola, sé cómo es no compartir con nadie lo que me pasa, pero aún así recibir problema y tristezas ajenas y tratar de resolverlas como si fueran mías.
Me apena tanto verme así, sentir que perdí la mujer orgullosa que era y que me convertí en una callada que con lo único que pelea, es con que no desborden las lágrimas cuando todavía no está sola. Y es que, ¿Cómo llega uno a hacerse esto? Los golpes de la vida, la gente que te deja sola, que demuestra que no le importas, ni vos ni tus problemas, el miedo, el tener tanto miedo, de estar sola, de ser rechazada, de todos y hasta de vos misma, el miedo te hace pequeña, el miedo te aplasta.
Poca mujer me queda, poca mujer soy, pero tengo fe en mí misma que de esa poca mujer, va a resurgir la mujer grande, la valiente, la que no se calla, la que no aguanta, pelea, que no se agacha, se planta en la vida y le hace frente. Algún día, esa mujer va estar de vuelta.

viernes, 14 de julio de 2017

Pensamientos de un corazón

No hay un día en que no piense en vos, no hay un minuto, un segundo. Pasean los recuerdos en mi mente, algunos caminan tranquilos, otros van más rápidos, otros de la manito. No importa qué haga, qué deje de hacer, estás ahí, conmigo, adentro.
Por momentos, generalmente la mayoría, el recuerdo duele, porque el corazón extraña, el cuerpo se siente solo, al camino le faltan huellas compañeras.
Otras veces siento calma, estoy tranquila, porque sobre el dolor, te siento y además tengo una certeza entre firme y dormilona que me asegura futuro, que me cuenta la historia de como adelante todo está mejor, de como deja de doler el corazón y el cuerpo en compañía, el camino encuentra huellas y más huellas, huellas que ya conoce, que son tuyas, que son nuestras.
Y entonces la tristeza se me calma y me cuesta menos dormir, con la medalla envuelta entre los dedos y sintiendo, sabiendo, que tú también lo sabes, que así lo sientes, que no es el final de la historia, que no se acabó ahí el cuento, que es una pausa mientras cambiamos capítulo, un cambio, por cierto, muy necesario y que nos traerá mejores tiempos a los dos.

miércoles, 12 de julio de 2017

17 otra vez

17 meses, diecisiete lunas, diez y siete soles, diecisiete amor, mi amor. Diecisiete mil millones (quizás más) de besos tiernos, dulces. un año y cinco meses de diecisiete abrazos por hora, por infinitas horas de niñitos soñadores jugando a ser grandes, jugando a mamá y papá, siendo un eclipse lunar. Diecisiete centímetros de altura que creció esa relación que alimentábamos todas las noches cuando nos despedíamos 17 veces. Diecisiete pasos de distancia, diez y siete peleas, diez y siete y ocho y nueve, reconciliaciones.
Un año y cinco meses de fotos por doquier, de mimos en el alma, de susurros al corazón. Diecisiete mil billones infinitos y estelares 'te amo'.
Y quizás no sean ahora diecisiete meses de estar uno sin el otro, quizás no sean ni siquiera diez y siete semanas o quizás sea más, quizás sea mucho mucho más, 17 años, 17 décadas, siglos; pero sin dudas llevo marcado a fuego tu nombre, diecisiete veces en el corazón, y eso no va a cambiar. Porque diría si, 17 veces más a pasar esos diecisiete meses con vos, sin vos, los dos, solos, porque no me arrepiento ni un poco, aunque duela, porque te amo, porque te ame a la 17 potencia y eso no se pasa así como así y menos aún cuando el corazón aún tiene esperanza y fe en el sol.
Diez y siete adioses, que quizás son tan solo un punto y coma.

viernes, 30 de junio de 2017

Un año.

Un año. Un año de extrañar constante y dolorosamente, de vivir deambulando en recuerdos, de no conocer nada más que ese dolor agudo que ataca de a momentos. Un año de aprender a vivir, asi como aprendiste a hablar, a caminar, ahora tocó aprender a seguir, a vivir sin vos, a ser fuerte y a ser débil también. Un año de lágrimas lloradas y por llorar, de momentos oscuros en caída y algún que otro repunte, de ansiedad, de tristeza, de miedo, de mucho miedo.
Un año que se paso rápido y fue eterno al mismo tiempo, trecientos sesenta y cinco días de veinte recuerdos por día, de noches de llorar abrazada a la almohada, de palabras susurradas con los ojos en el cielo o en tu foto.
Un año de carencia, de ausencia, de gris. De dormir mal, de dormir mucho, de soñarte, de pensarte, de querer ser un poco más vos cada día. Un año de altibajos y bajones, de rodillas en el suelo, de cama y pañuelos.
Un año sin vos, el primero, difícil,duro, agotador, agobiante. No ha sobrado alguna que otra mano amiga, hombro cercano donde acallar penas, pero cómo ha faltado tantas otras veces.
Nada es fácil desde ese día, tampoco lo fue en ese momento, si bien todo va mejorando, le tengo miedo a la vida, hace un año le tengo miedo, porque no sé como se vive sin vos, porque hace un año no se cómo vivir y porque tengo miedo de no aprender.
Un año y lamentablemente el primero de muchos.

domingo, 25 de junio de 2017

Momento.

Hace un rato mientras buscaba unas cosas, encontré su monedero, un monedero azul, con forma de ratoncito, que le traje de mi viaje de 15 años, porque ella amaba los monederos y porque los ratoncitos me recordaban a mi mor por el queso y ella me hacía galletas con queso siempre.
Lo sostuve, lo mire por encima, por los lados, mire su foto en la pared, se me llenaron los ojos de lágrimas, lo abrí, mil monedas, saqué dos, de cincuenta centavos. Se me ocurrió en ese instante que la última persona que tocó esas monedas fue ella y las apreté fuerte en la mano. Después pensé que si volvía a meter esas monedas al monedero, no iba a ser ella solamente la que las hubiese tocado, entonces cerré el monedero y me llevé las monedas en una mano y el monedero en la otra, las monedas las puse en mi mesita de luz, el monedero en el cajón y decidí que no voy a tocar esas monedas, que las voy a mirar, las voy a oler, las voy a acariciar desde afuera del monedero, pero no las voy a tocar, para que quede ese último toque suyo guardado ahí. Después me quede un rato sentada en el piso llorando tranquila y desahogando tristeza, al ratito me levante, me seque la cara y me vine a escribir.
En fin, lo que trato de explicar es que ella aparece en estas pequeñas cosas todo el tiempo, casi todos los días y que la pienso mucho y que la extraño, que me hace falta. Lo que quiero decir es que no está, pero está.-
Jouper.-

domingo, 11 de junio de 2017

Mi lugar en el mundo

No me había dado cuenta hasta hace poco, no me había percatado, de que en ese lugar soy yo misma y me siento totalmente refugiada.
No importa que tanta ansiedad tenga o cuanta tristeza me invada, estar ahí hace que mis miedos valgan nada. Y de pronto la vida tiene sentido, las flores brotan, se dibujan sonrisas en todas las bocas, quiero decir, estando ahí el mundo es un lugar mejor para vivir.
Es el lugar en donde soy libre, en donde me siento plena, donde mi pecho desborda alegría que me hace vibrar, y mis ojerosos ojos cobran vida.
Quiero estar siempre ahí, sentirme refugiada, protegida y pura, curarme el alma con mimos y sonrisas de helado.
El lugar en el mundo de una persona es eso mismo, el único lugar en todo el planeta tierra en donde sos puramente vos, donde sos capaz de ser alegría eléctrica a pesar de tu pecho nublado, donde se pone un límite a todo lo que te dañe, donde podes tomrte un recreo de la vida cotidiana. Ahí sacas cualquier caparazón y se siente bien la carne viva, la vulnerabilidad, la pequeñez.
Mi lugar en el mundo tiene un metro cincuenta y cinco, pecas, ojos verdes y once años.
Mi lugar en el mundo se llama Julieta, es mi hermana, es mi vida.
Mi lugar en el mundo es a su lado, preferentemente con mi cabeza en su hombro, con su mano en la mía, compartiendo sonrisa, vida y caramelos.
Mi tristezas y desilusiones se quedan atrás cuando ella me canta y me acaricia el pelo, cuando me dice ''pila de panqueques'' o me pide dormir con ella,
Todo mi mundo se vuelve colores y luz cuando su corazón late al mismo ritmo que el mío, me abraza, me llena de besos y me dice ''te amo''.
Mi lugar en el mundo es ella y espero que así sea siempre.
También espero poder ser su lugar en el mundo, su refugio tibio de besos alados y caricias recurrentes. Su lugar para ser libre, para reír, llorar, cantar a todo pulmón y ganar guerras de cosquillas y corazones rotos.
Un lugar que la recibe siempre de brazos abiertos, la abraza, la cura, la mima y aunque no la quiera soltar, la deja salir otra vez a ganar vida y rasparse las rodillas de nuevo.
Rayito de vida que irradia luz, se siempre ese lugar tranquilo que calma mi corazón iracundo, mi pequeña niñita, ven siempre que tengas el corazón en pena o la boca florecida de sonrisas, porque quiero ser yo, con quien tú compartas la vida.

viernes, 19 de mayo de 2017

Sola

Me siento una bomba de tiempo, un llamado de auxilio exorbitante que nadie es capaz de ver. Sola, me siento muy sola. Nadie está ahí, nadie está escuchando, nadie mira y nadie ve.
Soy yo contra mi misma y no saben lo difícil que puede ser eso.
Soy frágil y quebradiza, inestable, insegura y no hay nadie que me cuide de mi, mucho menos de lo ajeno. No hay una mano con una caricia, ni una boca con un beso, ni un oído amiguero que quiera escuchar. No hay quién, ni cuándo, ni dónde. Hay un cómo y un por qué, pero tan solo eso.
Me duele el corazón, el pecho, el alma y el nudo en el estómago y no hay un remedio sanador, todo duele, daña, lástima, rompe. Todo mata, de a poco me muere.
Vacío y gris, mundo temporal en donde vivo, frío y espinoso.
Sol tráeme un amigo, un alma cálida, un consuelo, mañana es un día nuevo, concédeme el deseo.
Todo esta putamente jodido, dame la mano y quédate conmigo.

domingo, 23 de abril de 2017

Paseando por el tiempo.

De vez en cuando es necesaria una mirada al pasado, una especie de repaso, como para ver si estudiaste bien y si aprendiste en serio los conceptos; quizás sea hacer trampa, o solamente una ayuda memoria, pero hace falta.
No digo que siempre, cada un tiempo prudencial si, pero si miras a cada rato, es como copiar, o peor, te confunde más, no tenes idea de como es la cosa después, se te mezcla pasado y presente, ya ni sabes en qué tiempo usar los verbos, el corazón no tiene claro si los sentimientos se acabaron o habían entrado en una pausa prolongada, la cabeza no conoce de coherencias y entrecruza recuerdos lindos con sensaciones feas, empeorando la cuestión.
Creo que voy a necesitar un par de lentes negros, cosa de que cuando quiera mirar para atrás, entre los anteojos y las sombras pasadas no pueda ver nada, porque la verdad tengo la mirada atrás fácil y, ¿cuándo no?, el retrovisor con aumento. Si sigo así probablemente hasta termine aprendiendo a caminar hacia atrás, para mirar constante al pasado pero al menos avanzaron​ a algún futuro.
Por eso digo que hace falta pero de tanto en tanto, no es cuestión del día a día, no hay que volverlo cotidiano, porque después terminas como yo, medio esquizofrénica, hablando con fantasmas del ayer y no queriendo ver el hoy; medio perdida en el mundo social y totalmente sumergida en mis letras. Tampoco digo que sea malo, la paso bastante bien, pero este mambo no es para cualquiera, hay que saber soportar, caerse y levantarse y seguir y caminar, adelante, siempre adelante, constante, constante. No es tarea fácil y menos con esta alma de escritor, que requiere de la melancolía del pasado, que busca letra en historias de antaño, para revivir viejas emociones y a ver si se saca de eso algo bueno, o algo bien escrito al menos.
De escritora principiante a lector primerizo, recomiendo tomarse la visita al pasado con cierta precaución, con varios días de por medio, reparando en que todo esté en orden antes de partir y teniendo presente que hay que volver, en caso contrario puede ser perjudicial a la salud; y quién tenga el atrevimiento o la propia voluntad de visitarlo más seguido, espero goce de salud y lucidez mental y por favor, tenga la amabilidad de escribirme al regreso, quizá encuentro un alma vieja como la mía.

lunes, 10 de abril de 2017

Una simple declaración, vaya a saber de qué.

No puedo creer que ya casi sean 10 meses, si yo todavía tengo en la memoria como se sentía tocar tu piel, cómo eran tus gestos, tus miradas y tu olor.
Hay días en que es como revivir todo de nuevo porque es difícil entender que no voy a volver a verte, si, aún 10 meses después es difícil, no te acostumbras así como así a algo como esto. Es complicado extrañarte como te extraño mientras me acuerdo de cómo era que estuvieras acá. Es muy feo estar sin vos.
A veces sueño con la posibilidad de tenerte un solo día más y dudo de si sería algo bueno, quizás me la pasaría el día llorando porque sabria que después te vas.
No se me quita de la cabeza ese último día que te ví y te abrace y te dije que te amaba no se me olvida esa sensación, tus manitos acariciándome la espalda mientras me dabas, quien iba a saberlo, mi último abrazo. Me acuerdo que te di un beso en la frente antes de irme, los besos en la frente no son para cualquiera, pero para vos todos mis besos eran diferentes, porque te amo tanto, significas tanto tanto en mi vida que es muy difícil lidear con una vida sin vos.
Sabes? A veces siento que mi pecho es demasiado pequeño para guardar tanta angustia, tanto dolor,  a veces pienso que voy a explotar o peor, que me voy a morir, porque no aguanto nada de esto, nunca pensé que fuera a ser tan difícil, tan duro.
Nada me duele tanto como tu ausencia física, no me importan los problemas de insomnio, ni la ansiedad, ni la depresión que mi psicóloga dice que tengo, no me importa largarme a llorar en cualquier lugar y momento, no me interesan las ojeras ni las pocas ganas de peinarme que tengo, no me interesa andar todo el día en pijama y faltar a la facultad y no hacer nada por mi misma y que lo poco que hago sea porque me obligan. Nada de eso me importa, porque no tiene sentido, porque si no es con vos no puedo y no me importa no poder, me importa que no te tengo y que eso me está desgarrando el pecho, me quiebra las costillas una por una, me desborda de lágrimas, me agobia, me quema la cabeza, me hace arder el corazón.
Te extraño, te amo, te necesito y me duele.

jueves, 30 de marzo de 2017

No puedo no decir.

Y la verdad es que la extraño, no puedo evitar extrañarla. Sin importar todo lo que pasamos y lo que soñábamos pasar juntas, sin importar los golpes y caídas y los brindis de festejo, sin importar lo ridículas que fuimos, los secretos que guardamos, las peleas que tuvimos, sin importar el dolor que me causo o el que pude causarle, sin importar nada y por sobre todo, la extraño.
La extraño porque la conozco más de lo que ella se conoce, aunque últimamente la desconocí, porque me complementa aunque lleve sola un buen tiempo, porque me desconozco a mi misma al verme sin ella, porque me falta, es así, me falta, la necesito. Pero aún así, no tengo las fuerzas para ir a buscarla, porque ocultamente espero que ella vuelva sin que yo se lo pida, porque tengo miedo de que aunque vuelva ya todo esté perdido y no sepamos quienes somos o quiénes fuimos, porque estoy sin fuerzas y en caída libre, porque sigo golpeando contra cosas y duele, cada vez más, duele.
Porque ya realmente no sé si ella siente lo mismo, porque en realidad me encuentro en esta punta de iceberg, en este abismo, que me incita todo el tiempo a saltar de él, pero en verdad estoy intentando retroceder, y es difícil si no la tengo, es difícil saber que no está, es difícil extrañarla y es difícil, aún así, tratar de cuidarme a mi, porque se que ahora me toca eso, tratar de levantarme y estar mejor, se que es mi turno de hacer algo por mi, se que me toca ocuparme de esto que me pasa, de esto que me atraviesa y me rompe a pedazos. Pero no puedo no decir que la extraño.

miércoles, 25 de enero de 2017

Vida

Siento que mi vida hace un tiempo empezó a dar un giro muy muy grande, y que me agarró mal parada. Ni siquiera me di cuenta de eso, recién ahora empiezo a ver qué es eso, un cambio.
Hay muchas cosas que me duelen y por ahí a primera vista me confunden, no entiendo por qué tienen que ser así, pero después entiendo, si lo pienso un poco más, y a veces es justo e incluso necesario.
Algunas son decisiones propias y otras simplemente se dieron así, pero no sé si era el mejor momento, capaz en un tiempo veo para atrás y me doy cuenta de que si, que me hizo re bien, pero este proceso, está transición de ahora me sobrepasa por momentos. Me cambia y me altera el animo. Y no me encuentro, es como si me sintiera incómoda adentro mío, quizás por qué me estoy adecuando a todo esto que es nuevo, pero si se que no soy la misma de siempre y eso no me gusta. Yo me necesito para seguir adelante, esas ganas y esa alegría juntas, no me sirven separadas y no me alcanza ninguna de las dos si están cada una por su lado.
No digo que esté mal, ni tampoco bien, depende de muchas cosas eso, por ahora, estoy.