lunes, 14 de julio de 2014

Luna Alunada

Nació una vez como nacen las cosas únicas y bellas... quien sabe cómo, nació llena de nada, trasparente, nació nueva.
Comenzó a vagar por un universo eterno, lleno de bellezas increíbles pero faltas de vida, conoció miles de estrellas brillantes pero vacías, conoció cientos de planetas distintos pero aburridos, conoció un sol brillante pero su calor le resultaba frío.
Cuando lo vio, lo reconoció al instante, sin dudas era él, diferente a todo lo que vio, único, majestuoso, ahí estaba... el Mundo, presentándole miles de cosas nuevas a cada instantes, cosas que jamás pudo imaginar, llenas de vida, de magia, de sentimientos, llenas.
Ella comenzó a llenarse de esas bellezas y a guardar esos tesoros en su vientre, el cuál pronto se convirtió en un cuarto creciente. La Luna se enamoró de este maravilloso planeta que tanto le regalaba y giraba a su alrededor embelesada, cada regalo que ella guardaba se convertía en una hermosa luz blanca, brillante; siguió creciendo, llenándose de pureza, extendiéndola por cada parte de si misma.
Pero entonces descubrió que en el Mundo también había cosas prohibidas, secretos misteriosos, afanosos momentos ocultos en la oscuridad mas profunda de las calles y las observó con mucho cuidado, notó que no se presentaban con frecuencia, vio que eran pocas las ocasiones en las que podía apreciarlas. Algunas le dolían, la asustaban y al guardarlas comenzó a sentirse dolida, triste, pesada, se manchó de negro, sintió su lado decreciente,  que a pesar de llenarse, se vaciaba.
Pero el Mundo le enseño que en todas las cosas hay algo bueno y algo malo, que es un equilibrio que existe y es necesario. La Luna entendió que no era malo tener un lado malo, porque existiendo ese lado malo se distinguía lo bueno, en todo lo malo hay un poco de bueno y en todo lo bueno hay un poco de malo, eso es lo que hace las cosas valorables, distintas, especiales y apreciables.
Y así siguió llenándose de cosas buenas y malas, de cosas oscuras, puras, secretas, prohibidas, libres, ajenas, queribles, humanas, extrañas, mágicas y de cualquier otro tipo, hasta que llegó a sentirse llena.
Y estando así, en ese estado, con un lado todo todo blanco y un lado todo todo negro, se sintió enorme, sabia, bella, satisfecha. Comprendió que había llegado al punto exacto de maduración en el cual, habiendo aprendido y habiéndose llenado al máximo de conocimientos, tesoros y recuerdos, debía expresarlos y compartirlos al resto del universo.
Así es como comenzó a girar y a mostrar sus diferentes facciones, a veces se mostraba a penas, cuarto creciente o menguante, demostrando que siempre se crece y que en todo lo malo siempre hay algo bueno, ya que mostraba su lado oscuro y su lado bueno ofreciendo un magnifico equilibrio entre ambos. Otras veces se mostraba llena, pura, iluminando todo a su paso, demostrando que el saber, el conocer y las cosas buenas, deslumbran a cualquiera. Y también a veces se mostraba oscura, solo exponiendo las cosas malas, porque también existen, no hay que ignorarlas, son necesarias.
Si sabes apreciarla, cuando la veas en el cielo, sabrás que quiere enseñarte y que aún busca saberte, encontrarte, descifrarte.-




Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.-

Jouper.-