Natalia creció entre el desamor de su madre y la falta de su padre, pocos en la familia, un hueco en el alma, papel en los ojos, lágrimas en la mejillas, heridas en el corazón. Cuando Natalia empezó a hacer amigos, de esos de verdad, de los que están cuando uno los necesita, de los que se preocupan; ella era aún muy cerrada, no quería hablar, no contaba sobre su vida, no quería.. o no pedía ayuda. Poco a poco dejo atrás su dolor y fue abriéndose mas a sus amigas mas cercanas y contándoles algunos ires y venires de su loca familia y poco a poco ellas fueron comprendiendo que lo mejor que podían hacer era mantenerla en sus casas, en otro lugar, para que pueda estar bien y feliz, lejos de tanta mugre. Camila siempre trató de alejarla de eso, la invitaba a su casa, la llevaba a dormir, a comer con su familia, de vacaciones, etcétera, y Natalia se sentía muy a gusto con esa familia, una mamá que la quería y la cuidaba como si fuera su hija y una hermana como lo era Camila que siempre la cuidaba, la ayudaba y la quería tanto como nadie imagina. Natalia pasaba hermosos momento junto a la familia de Camila, pero al llegar a su casa, se encontraba con la casa vacía, cuando llegaba su familia todo era pelea, nadie se interesaba por saber como estaba, que le pasaba, como había estado su día, nada. En esos momentos Natalia solo desahogaba sus penas sobre la almohada, sola a oscuras en su cama, Natalia observaba el techo, su cabeza recreaba los momentos que había pasado con su familia de corazón y sus ojos de papel se empañaban y sus mejillas se volvían a humedecer y así se dormía... y soñaba pero nunca recordaba qué y así despertaba nuevamente. Camila y Natalia tienen un sueño en común, vivir juntas, ser familia, dormir en la misma pieza cada noche y despertar juntas cada mañana, ser hermanas....-
Muchacha ojos de papel, ¿a donde vas?
Jouper.-
