domingo, 17 de marzo de 2013

Alicia, luna, olivia...

Estrella caída del cielo, meteorito perdido en el tiempo. Eres la luna entera, llena, completa, blanca pura. Disfruto ver tus ojos redondos y grandes, intensos y profundos. Eres pura locura y psicodelia en mi mundo. Frenética y fugaz, me besas y te vas. Estrella de un cielo infinito ¿ A dónde me vas a llevar ?. Retazo de cielo, no me abandones jamas, alumbra mi mundo, no duermas nunca mas.. quédate conmigo, al menos un poco mas. Cohete efusivo, explota en el vació, eres la Alicia de mi realidad. Sueña despierta, habla dormida, vive sonriendo, regala alegría. Ojos de galaxia, corazón de león, muñeca de porcelana, dulce adicción. Eres el complemento que siempre me faltó, eres la estrella que me estrelló. Cálido destello, loca fugaz, niña valiente, melodía sin igual. Gracias por darte, por ser parte de mi, dulce capricho, cielito sin fin. Loca, inestable, caprichosa. Princesa de la noche, heredera de caín. Tu boca, tu mirada, tu cuerpo, mi fin. Sos una adicción, una impura pasión, jamas sentida, loca prohibida. Arco iris de lluvia, gota de rocío,  pétalo de flor, ángel caído. Siempre contigo, siempre conmigo...


                                                                                          Jouper.-

viernes, 15 de marzo de 2013

Tears

Redonda y salada, cristalina y pura, refleja tanto siendo tan poco. Cuando la suelta un bebé, ruega leche. Cuando la derrama un niño, clama atención. En los ojos de una adolescente suele calmar dolor o ausencia, de amistad o amor. Cuando recorre las mejillas de un adulto puede aliviar una perdida o traición, a veces demuestra amor o alegría y a veces, pide perdón. Es una poesía salada, quizá nunca imaginada y por primera vez, llorada. La lágrima, pequeña gotita, marca su camino uniforme, y, cual cristalina sinfonía, denota la palabra melancolía. A veces pide, a veces da, a veces calla, a veces dice, a veces cae despacito y otras, corre fugaz por la piel, a veces estalla y a veces, se guarda. Algo que para nadie significa nada, hasta que brilla en una cara, como estrellada; aparece redondita y brillante, como si fuera una alarma diciendo que no todo está bien, o, quizás, que no podría estar mejor.
Se disfruta soltarlas si es en conjunto con una sonrisa, y nos alivia cuando va acompañada por un sentimiento que nos complica la respiración, nos obstruye el pecho, lo feo es sentirlas empujar desde adentro, cual grito desgarrador y saber que no puedes soltarlas, porque quieres demostrar tu fortaleza interior.
La lagrima siempre callará lo que decimos y dirá lo que callamos. Siempre mostrará lo que ocultamos o afirmara lo que mostramos. Aliviara nuestro peso y dolor, y gritará nuestra alegría. Pero siempre y cuando venga del corazón.-

                                                                            Jouper.-