jueves, 12 de marzo de 2015

Carta abierta a los fantasmas...

Entro en mi cuarto y ahí están, escondidas en todos los rincones, en la oscuridad, aguardando la noche para salir a mi encuentro, esperando a que me observe en un espejo para susurrarme sus cánticos mortíferos:
:Estúpida/tonta/estúpida/niña/estúpida/gorda/
estúpida/fea/estúpida/fracasada/estúpida/perdida:

Son astutas, fantasmagóricas, lucen como yo, pero a la vez son tan diferentes a mi... Hace tanto que convivo con ellas que ya no me dan miedo, a veces creo que somos amigas, algunas me asustan, pero a otras las quiero, les he puesto nombres para que estén felices, para que sepan que las recuerdo.
Deep siempre se esconde y llora bajo mi cama, mientras me recuerda cada uno de los momentos en los que me sentí mal, las personas que me abandonaron. Recita las palabras e imita las voces de aquellos que me quebraron el alma sin importancia.
Depresión a veces sale de su escondite y traza lineas sobre mi piel, le encanta dibujarme el cuerpo con gillete, mojar las sábanas con sangre, intentar con ese dolor tapar el de su alma.
Su prefiere la ventana. Se tambalea sentada en ella con los pies colgando en el vacío, se ríe irónica y ahoga su risa en una botella de vodka con la que se ayuda a tragar pastillas. Me pide que la acompañe, suele decir que no va a doler y que estando del otro lado solo podre ser feliz. Suicida no llora, pero siempre lleva el maquillaje corrido.
La princesa Mía ya no me asusta, luce tan vulnerable...
Suele esperarme  de camino al baño, es buena conmigo, me acomoda de rodillas frente al inodoro y me enseña a vomitar, me acaricia el pelo y la espalda y cuando estoy lista también me acaricia la garganta, pero por dentro. Bulimia se ve tan delgada... Tan solo pretende que yo sea igual.
La peor de todas es la Reina Ana, tan fina y seductora, se acerca sedienta y me besa la boca. Ella no se esconde, es valiente, no le teme a nada, me acompaña siempre y me canta al oído cada vez que voy a comer. A veces se enoja cuando no la obedezco y me lleva con Mía.
Anorexia es despechada y cruel, pero me ha enamorado, su piel traslúcida y cristalina, cada uno de sus punzantes huesos, mi rostro se ve precioso en su delgada cara de muñeca de porcelana, me fascina su larga cabellera, fina y despeinada.
Pero a pesar de todo, lo sé, me doy cuenta porque ninguna de ellas tiene una mirada, y aunque muchas veces me confundí y pensé ser una de ellas, al verme, al ver mis ojos, encuentro la diferencia, no son verdaderas.
Ninguna tiene ojos, tan solo esos orificios vacíos y oscuros, si miras en ellos  sientes como tiran de tu alma, quieren tenerla, al menos un pedazo, porque su oculto deseo es ser reales, ser de verdad perfectas.
Su anhelo es ser perfectamente humanas, mientras Ana trata de que seas anoréxicamente perfecta.
Convivo con ellas hace tiempo, algún día deberán desaparecer, pero no hoy, no ahora, lo sé, lo tengo en claro... 
Ana me mira, se esta acercando...
Jouper.-

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