sábado, 2 de julio de 2016

A Ella.

Hoy tengo las letras quebradas y sangrantes, carentes de vida, porque el cielo esta dándole la bienvenida, al ser mas precioso que tocó esta tierra. La vida me la regalo como abuela, un lazo tan hermoso para tener, pero ahora le toca estar de otra forma y aunque no quiera, me hace doler.
Duele el corazón y el alma solamente de saber que ya no voy a tenerla como antes, ya no voy a sentirla de esa forma. Voy a extrañar esa forma que tenia de hablar, esos ojos, el olor de su piel, voy a extrañar sus polleras, sus comidas, sus manitos en las mías.
Me van a faltar sus cantitos "donde estarán nuestros mozos...", "La donna e mobile..."; sus expresiones tan particulares "Hombre!", "Se tenía que caer!", su voz cuando me decía "Buchina de la abuela".
Voy a necesitar sus consejos, sus voz atendiendo el teléfono, sus enojos por tomar coca cola y su amor por Martín Palermo.
Voy a querer todos los días los abrazos, los besos, las complicidades.
Ya no la van a confundir con una japonesita, ya no se le van a enredar las palabras, ni mi tío le va a decir Petunia mientras le aprieta los cachetes.
Para ella se acabaron las agujas, las insulinas, los niveles de azúcar, no más golpes ni caídas, no más quebraduras ni moretones.
Y se que la van a llorar sus plantas en el patio, su silla debajo del árbol de Bialet Masse, su delantal en la cocina y todo en su casa, y todos en su vida.
Tengo en la mente y en la piel, la sensación de sentarme a su lado, tengo su voz resonandome, tengo sus caricias, su olor, los recuerdos de los cuentos que me leía y de los que yo, religiosamente, escribía y le leía.
Tengo en mi sus palabras, su aliento, su orgullo, su "Cuidese Mijita".
Tengo su sangre, Dios gracias, porque tengo su sangre.
Tengo mucho adentro y tengo esa sensación de vacío abismal, de ruptura, de pánico, de debilidad, pequeñez.
Tengo terror de saber que la necesito, que va a haber mil veces en que no voy a saber que hacer o voy a querer su ayuda, su oído, sus palabras, voy a querer sus charlas, sus juegos de cartas, sus sopas, sus  regalos y saber que no va a estar.
Tengo un descolocamiento importante en mi interior, no se que sentir, no se como hacer para seguir, no se como reaccionar, no se mucho y ella si sabía. Voy a guiarme por todos sus consejos, por todas sus acciones, por todo lo que me dijo, me contó y me dejó. Voy a ser siempre esa buchina de la abuela esperando verla, estar con ella, sentirla.
Mi gorda, mi buchi, mi abuelita hermosa, cuánto te necesito, cuánto te extraño y cuánto te amo.
Espero que estés mirándonos desde arriba, junto a tus papás y a tu hermano, espero que estés feliz de estar con ellos y que nos sigas de cerquita toda la vida.
Gracias por haber sido, en vida, esa hermosa mujer, fuerte, capaz, única, esa madrasa y esa abuela incomparable, gracias por seguir siendolo desde el cielo.
Te amo con todo lo que soy, de lo cual, en gran medida, tenés crédito.
No voy a decirte adiós porque esto no es una despedida, no voy a decir que te perdí, porque eso no esta determinado por la vida, voy a decir que todo es lo mismo, solo que ahora estás de otra forma.

Voy a llevarte siempre adentro, porque siempre fuiste y serás parte de mi, porque nada va a cambiar que así sea.-

Macarena.-

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