domingo, 11 de junio de 2017

Mi lugar en el mundo

No me había dado cuenta hasta hace poco, no me había percatado, de que en ese lugar soy yo misma y me siento totalmente refugiada.
No importa que tanta ansiedad tenga o cuanta tristeza me invada, estar ahí hace que mis miedos valgan nada. Y de pronto la vida tiene sentido, las flores brotan, se dibujan sonrisas en todas las bocas, quiero decir, estando ahí el mundo es un lugar mejor para vivir.
Es el lugar en donde soy libre, en donde me siento plena, donde mi pecho desborda alegría que me hace vibrar, y mis ojerosos ojos cobran vida.
Quiero estar siempre ahí, sentirme refugiada, protegida y pura, curarme el alma con mimos y sonrisas de helado.
El lugar en el mundo de una persona es eso mismo, el único lugar en todo el planeta tierra en donde sos puramente vos, donde sos capaz de ser alegría eléctrica a pesar de tu pecho nublado, donde se pone un límite a todo lo que te dañe, donde podes tomrte un recreo de la vida cotidiana. Ahí sacas cualquier caparazón y se siente bien la carne viva, la vulnerabilidad, la pequeñez.
Mi lugar en el mundo tiene un metro cincuenta y cinco, pecas, ojos verdes y once años.
Mi lugar en el mundo se llama Julieta, es mi hermana, es mi vida.
Mi lugar en el mundo es a su lado, preferentemente con mi cabeza en su hombro, con su mano en la mía, compartiendo sonrisa, vida y caramelos.
Mi tristezas y desilusiones se quedan atrás cuando ella me canta y me acaricia el pelo, cuando me dice ''pila de panqueques'' o me pide dormir con ella,
Todo mi mundo se vuelve colores y luz cuando su corazón late al mismo ritmo que el mío, me abraza, me llena de besos y me dice ''te amo''.
Mi lugar en el mundo es ella y espero que así sea siempre.
También espero poder ser su lugar en el mundo, su refugio tibio de besos alados y caricias recurrentes. Su lugar para ser libre, para reír, llorar, cantar a todo pulmón y ganar guerras de cosquillas y corazones rotos.
Un lugar que la recibe siempre de brazos abiertos, la abraza, la cura, la mima y aunque no la quiera soltar, la deja salir otra vez a ganar vida y rasparse las rodillas de nuevo.
Rayito de vida que irradia luz, se siempre ese lugar tranquilo que calma mi corazón iracundo, mi pequeña niñita, ven siempre que tengas el corazón en pena o la boca florecida de sonrisas, porque quiero ser yo, con quien tú compartas la vida.

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