viernes, 30 de junio de 2017

Un año.

Un año. Un año de extrañar constante y dolorosamente, de vivir deambulando en recuerdos, de no conocer nada más que ese dolor agudo que ataca de a momentos. Un año de aprender a vivir, asi como aprendiste a hablar, a caminar, ahora tocó aprender a seguir, a vivir sin vos, a ser fuerte y a ser débil también. Un año de lágrimas lloradas y por llorar, de momentos oscuros en caída y algún que otro repunte, de ansiedad, de tristeza, de miedo, de mucho miedo.
Un año que se paso rápido y fue eterno al mismo tiempo, trecientos sesenta y cinco días de veinte recuerdos por día, de noches de llorar abrazada a la almohada, de palabras susurradas con los ojos en el cielo o en tu foto.
Un año de carencia, de ausencia, de gris. De dormir mal, de dormir mucho, de soñarte, de pensarte, de querer ser un poco más vos cada día. Un año de altibajos y bajones, de rodillas en el suelo, de cama y pañuelos.
Un año sin vos, el primero, difícil,duro, agotador, agobiante. No ha sobrado alguna que otra mano amiga, hombro cercano donde acallar penas, pero cómo ha faltado tantas otras veces.
Nada es fácil desde ese día, tampoco lo fue en ese momento, si bien todo va mejorando, le tengo miedo a la vida, hace un año le tengo miedo, porque no sé como se vive sin vos, porque hace un año no se cómo vivir y porque tengo miedo de no aprender.
Un año y lamentablemente el primero de muchos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario