A mi nadie me enseñó cómo se hacía, para aguantar, para seguir, para sacar la sensación de ausencia.
A mi nadie me explicó lo que se sentía, buscar y no hallar, necesitar y no tener, algo que antes estaba ahí.
A mi nunca me dijeron si estaba bien llorar mientras te reías recordando una anécdota, si era correcto dormirte rogando soñar con alguien o si era apropiado llevar su nombre en la piel.
Ni a mi ni a demasiados prepararon, para enfrentarse a semejante cosa, a tan grande sentimiento, a tan profundo vacío y a una esquizofrénica desesperación. Muchos tuvimos o tendremos que aprenderlo sobre la marcha o quizás ni siquiera eso, quizás sólo debamos intentar manejarlo y fracasar, y seguir intentando; incluso soñar con alguna vez superarlo, cuando en el fondo sabemos que nunca será así.
No sé a vos, pero a mi no me enseñaron a extrañar.
Jouper.-
Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y corrompido, escribe cosas dignas de leer o haz cosas dignas de escribirse.-
sábado, 10 de diciembre de 2016
A mi no me enseñaron a extrañar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario